...No entiendo lo que está sucediendo, aparecen de la
nada escudos, lanzas y espadas… siento sus pasos sobre mi cuerpo cansado se
enfrenta el hombre mal educado al que en silencio a trabajado lento, pero
ordenado.
Invaden mi valle verde, la ruta recién trazada,
destruyen lo recién construido, ellos son más, están aventajados…son cascos
brillantes espadas en alto, contra lanzas creadas para proteger la tierra, de
esta América de la cual se han enamorado…
Me estremece el galopar de animales domesticados,
me duele, me entristece demasiado, que mi nacimiento, mi amanecer, mi vida tranquila tomen con espadas, apresen
mis bosques, mis aguas, mi selva, mis pampas, con luces que queman, sin motivo,
mis llanos; todo aquello que me ha cobijado…
La piel clara con espada hace de mi un rehén…quieren
mi tierra, mis metales, mis bosque y selvas, todo mis animales…
Un cielo estrellado cae sobre nosotros vemos
nuestra tierra en llama, muestro alimento disperso...será mejor dormir espero que sea todo mejor mañana…
El alma de América ha sido violada por caras
claras y sus espadas…el temor está presente, late el corazón acelerado de mi
hijo acongojado, desorientado sin saber que hacer, ni que ha pasado…el llanto desolado, todo en
el suelo, el agua corre de rojo por los campos sembrados, la luna refleja sus
caras y la de sus hermanos, veo rostros
cansados, heridos de cuerpo, pero el alma llora triste, abatidos por los
metales igual al de sus escudos y espadas...desean metales rojos que ni en venta
han estado, nuestras tierras, nuestros animales todo, todo es de su agrado…
Los animales están asustados, miran de lejos sin
comprender, como la destrucción ha llegado, si la tierra no está en venta ¿por
qué pagan con sangre, con muerte, con mujeres y esclavos?…
(Que América se una, pero esta vez, sin lanzas ni espadas)
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